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Xul Solar, Rótulo (1960)

“Hacer filosofía no es un asunto de edad, sino de capacidad para reflexionar escrupulosa y valientemente sobre lo que a uno le parece importante”

Podemos rastrear el origen de este Espacio FpN en la propuesta gestada a finales de los años 60 por Matthew Lipman y Ann Margaret Sharp, conocida internacionalmente como Philosophy for Children. En el año 1969 Lipman escribe su primera “novela filosófica”, Harry Stottlemeier’s Discovery, destinada a niños y niñas de entre 11 y 12 años, y pensada como un recurso disparador de cuestionamiento, reflexión y diálogo filosófico. La obra, sin dejar de ser un relato de ficción, presenta una infinidad de temas tradicionales de la filosofía, expresados a través de problemáticas y situaciones que experimentan niños y niñas concretos.

A partir de esta primera obra y de las sucesivas instancias de experimentación y evaluación dentro del ámbito escolar, Lipman y Sharp intuyen que la escuela es un ámbito privilegiado donde implementar esta idea de enseñar a pensar a través de la filosofía. A aquella primera novela, le siguieron muchas otras, conformándose poco a poco el proyecto por nosotrxs conocido como Filosofía para niños y niñas (FpN), hoy adaptado y traducido a más de 50 lenguas e implementado en una infinidad de escuelas alrededor del mundo entero.

Desde la perspectiva del proyecto FpN se cree que la filosofía puede ser una herramienta sumamente potente a la hora de ejercitar el pensamiento en todas sus dimensiones: crítica, creativa y cuidadosa. Además de ofrecernos un modo particular de abordar el pensamiento, el proyecto de Lipman y Sharp nos propone abrirnos a una nueva relación con el saber: el ideal es recuperar la actitud filosófica en su original acepción de «amor por la sabiduría», donde la pregunta y el cuestionamiento son ingredientes esenciales al aprendizaje.

Dada la capacidad de sorpresa y la falta de prejuicios que caracteriza a los niños y niñas, la infancia aparece así como un tiempo propicio para el filosofar. Sin embargo, pocas veces encuentran estos últimos un espacio y un tiempo igualmente apto como para desplegar sus interrogantes y cosmovisiones. A partir del trabajo con diversos recursos literarios, lúdicos o artísticos, FpN se compromete con el objetivo de desplegar en el ámbito escolar un espacio de diálogo, a partir de cual los estudiantes puedan ejercitar sus habilidades democráticas y fortalecer su autonomía, su capacidad crítica, su creatividad y una actitud de cuidado hacia los otros. En este punto, FpN supone

una innovación. Y no sólo por representar una metodología novedosa, sino sobre todo, por haberse constituido como un proyecto educativo global, creado para ingresar en el ámbito escolar y transformarlo desde sus cimientos, con miras a alcanzar una reforma social más amplia.

Aunque seguimos sosteniendo nuestra continuidad con el proyecto original de Matthew Lipman y Ann Sharp, al reconocernos en sus principios y objetivos, no podemos dejar de destacar que FpN es un proyecto en movimiento, abierto a una constante revisión y transformación. Es por ello que hoy los recursos y herramientas a partir de los cuales trabajamos no se reducen a los del curriculum original, sino que intentan enriquecerse de todas las propuestas que han ido complementando el proyecto a lo largo de estos años.